EL BORDE DEL AGUA
Nacer es un desborde que nos arrastra hasta una orilla de pieles llenas de viento. Se abre un camino que viaja desde un océano cálido, oscuro y silencioso hasta el grito feroz de una garganta que, a destajo, se abre para que entre la luz. Algo inconmensurable nos excede. En el clamor de las voces puede verse todo lo que pasa. El portavoz es solo un mensajero. ¿Cuánto más necesitamos para trascender la mirada por sobre su cabeza?
El viaje del héroe inaugural es, de algún modo, el nacer. El resto es el periplo del periplo. Réplica. Remembranza. Nuestro cuerpo aloja memorias irrefutables. El camino del corazón es la brújula que decide si es tiempo de pisar tierra firme o de atravesar alta mar.
Comentarios
Publicar un comentario